La encina


Mi "denario" poético

martes, 16 de septiembre de 2014 | Hay 1 comentarios

Cuando Dios repartió a raudales la inspiración, creo que gotas perdidas salpicaron mi alma. No mucho más. Lo suficiente, pienso, para rimar rezando, o al contrario. Lo he descubierto ahora, cuando he intentado librarme de todos los papeles que vengo acumulando año tras año, para hacer más ligero mi equipaje. He pasado unos días deshaciéndome de agendas y recuerdos, la vida escrita en ellas, las penas y alegrías, los encuentros y los desencuentros. Convirtiendo el corazón sin darme cuenta en el único lugar que guarda todo. “Esto va al corazón, y esto también”-me voy diciendo: y he descubierto que el corazón se ensancha sin medida. Que todo cabe en él. De una agenda salvé esta única frase: “Las horas y los días, los meses y los años se suceden y nada queda sino Dios y lo que hayamos hecho por El.” Ni siquiera recuerdo de quién es, pero me la repito mientras destruye el fuego mis agendas abiertas, y mientras voy rasgando las hojas de cuadernos antiguos. Al dar con los poemas escritos años atrás, he pensado: ¿Mi “denario poético“ enterrado en la arena ? Tal vez esté aún a tiempo de compartir con alguien lo recibido entonces. Puede que ya sea tarde porque son otros tiempos y el lenguaje de hoy, por supuesto, no es el mismo. Pero siempre será mejor que enterrarlo de nuevo. Así que aquí me tienen. Y si no sirven, yo habré intentado al menos, por si acaso, duplicar mi “denario”. No es fácil lo confieso. Me veo, me reconozco en Salamanca, leyendo, tímidamente, con música de fondo, allá en la biblioteca, la víspera de cada acontecimiento… Comienzo por un soneto, escrito antes de entrar en el noviciado. Hacia septiembre de 1964. CRUZ Escrito en Villa del Campo (Cáceres) Miré dentro de mí entre la espesura De mi alma, que marcha hacia el abismo Y he visto que llevé con pesimismo La cruz que Tú me diste con dulzura. Y he pensado, Señor, con amargura, Qué grande y fiero ha sido mi egoísmo Rechazando mi cruz, cuando Tú mismo Por mí sufriste cruz mucho más dura. Hoy te pido que llenes de valor Mi corazón, Señor, que está llorando. Si quieres, en mi cruz, pon más dolor, Que aunque mis hombros lleve ya sangrando, Quiero pagarte con mi amor tu amor, Siempre en la vida hacia tu cruz mirando.


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